4 de enero de 2012

No hay ritmo

Quizá sea cosa mía, pero a veces siento que vamos desacompasados.

Yo saludo de lejos y tú haces como si no me vieras.
Yo te insisto y  tú sigues impasible.
Yo desisto y entonces...

Tú llegas y desordenas todo. Entonces hay complicidad. Y sonrisas. Y luego...
Me buscas y yo no me puedo encontrar.
Te busco y no puedes desatender tus obligaciones.
Y si por mí fuera... Te taparía con mi edredón todas las noches y te daría un beso en el hombro antes de dormir.
Y si por ti fuera... Creo que nunca usaría ropa y tendría desgastada la espalda de tantas caricias.
Y así seguimos. Desacompasados, como siempre. Pero puede que buscando la melodía.

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