30 de marzo de 2012

Cuento de primavera

-Pero piensas en ella. Y a mí eso me atormenta.
-Claro que pienso en ella. Pero también pienso en Lorca, en la República, en los hipérbatos, en Cernuda, en la presunción de inocencia, en la ópera y en los macarrones con tomate ¿También tienes celos de eso?
-No, claro que no. Eso son tonterías.
-Como esto. Te he repetido mil veces que no sé cuáles son mis sentimientos hacia ella. Quizá sólo la quiera como a una hermana. Sin más.
-Pero llevas su reloj...
-Sí ¿y qué? ¿Te molesta?
-Sí, porque siento que ella está en medio.
-Pues me lo quito. Ves. Ya no está... Ven aquí ¿Tú crees que iría todos los días hasta tu casa con una sonrisa en la cara para verte si estuviera enamorada de alguien más? ¿Crees que me seguiría acostando contigo? ¿Crees que te lo hubiera contado? Claro que no. Te lo conté para que nos riéramos de mis tonterías. Y has hecho un mundo de un grano de arena. Te quiero a ti. A ti. Eres el único hombre al que amo en la tierra. Y ella es simplemente una curiosidad que tengo. Nuestros vínculos son fuertes y sabes que siempre he tendido a relativizar con el amor. Pero te juro que no estoy enamorada de ella. Ni siquiera me he cuestionado mi orientación sexual. Era pura curiosidad, que además no ha llegado a nada. Ni nunca llegará a nada.
-Odio tu curiosidad. Me da miedo.
-Ven, perdóname, voy a hacer que se te olvide todo. Ahora mismo, sobre tu cama.

26 de marzo de 2012

Mira, tocan a misa en Santa Catalina

Dos días de añoranza continua. A pesar de la felicidad del reencuentro con el Mediterráneo y todo lo bueno. Dos días de conversaciones, de pólvora, de horchata. De una cama vacía y otra ocupada.
Pero falta algo, algo que es necesario. Algo que termina de completarnos.
Lo distinguimos a lo lejos un domingo soleado.
Entonces se acaba la añoranza y de nuevo hay pólvora y horchata. Y tres camas llenas. Estamos completos.

Los asentamientos en la Alameda, las esperas sobre el asfalto, las caminata de vuelta a casa. Todo es más completo porque volvemos a ser tres.
Y se habla, se ríe (mucho), se bebe mistela, se come, se camina, se dibuja, se espera, se cogen autobuses.

Mira, tocan a misa en Santa Catalina.

21 de marzo de 2012

Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.

La poesía y yo siempre hemos mantenido una relación extraña.
Hubo un tiempo que nos queríamos. Y jugábamos juntas.
Se dejaba meter mano.
Luego se volvió esquiva. Me miraba de soslayo y yo a ella.
Y nos separamos.

Ahora somos como viejas conocidas que se sonríen al verse, como si se añoraran.
De vez en cuando viene y me presta algunas palabras. Sabe que mi relación con la prosa va en serio y no se quiere meter entre medias.
La poesía me respeta, del mismo modo que yo la respeto a ella.
Nos sonreímos.
Nos vemos en fotos viejas.

15 de marzo de 2012

#1503

El mundo se ha cerrado de repente.
Ya nada entra en él y ya nada puede salir.
Me he quedado atrapada en la magia de unos acordes que han entrado como un vendaval. Arrasándolo todo a su paso, como hacia siglos que no ocurría.
Uno de esos flechazos, de esos romances que se recuerdan toda la vida y que sabes que te acompañarán a la tumba.

Aparece el mismo miedo de siempre
¿Y si se le acaba la magia?
Sólo ha habido una cosa en el mundo que haya sobrevivido a semejante explotación. Pero hay algo detro que dice: "Tranquila, sobrevivirá". Así que sigue tronando en mis oídos su intensa melodía. Como un eco eterno. Y sus palabras me bailan en el cerebro. Todo el día, sin descanso.

El mundo se ha cerrado de repente. Y es cómodo. El mundo se ha llenado de rojos y de blancos. De cuadros impresionistas, de ópera, de poesía.
El mundo ha cambiado, el mundo se ha vuelto selecto. Y ya no hay musas de rostro conocido. De un rostro que yo haya acariciado alguna noche antes de dormir.
El mundo es salvaje y se deja explorar.
El mundo está desperdigado dentro de edificios que no suelo transitar. El mundo huele a óleo.
El mundo tiene voz de hombre. El mundo sabe a humo.
El mundo es nuevo y a la vez, terriblemente viejo.
El mundo ha cambiado y me ha acogido en su seno, como siempre.

El mundo permanecerá cerrado a visitas por un tiempo indefinido. Disculpen las molestias.