26 de marzo de 2012

Mira, tocan a misa en Santa Catalina

Dos días de añoranza continua. A pesar de la felicidad del reencuentro con el Mediterráneo y todo lo bueno. Dos días de conversaciones, de pólvora, de horchata. De una cama vacía y otra ocupada.
Pero falta algo, algo que es necesario. Algo que termina de completarnos.
Lo distinguimos a lo lejos un domingo soleado.
Entonces se acaba la añoranza y de nuevo hay pólvora y horchata. Y tres camas llenas. Estamos completos.

Los asentamientos en la Alameda, las esperas sobre el asfalto, las caminata de vuelta a casa. Todo es más completo porque volvemos a ser tres.
Y se habla, se ríe (mucho), se bebe mistela, se come, se camina, se dibuja, se espera, se cogen autobuses.

Mira, tocan a misa en Santa Catalina.

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