18 de julio de 2012

Año 2012 (Recuento en números tras 7 meses y 18 días)



Una obra de teatro transgresora.
Diez exámenes. Tres asignaturas suspensas.
Siete libros leídos por obligación. Unos pocos menos por gusto.
Seis museos visitados, en dos países distintos. Cuadros: Demasiados para contarlos.
Dos fines de semana míticos fuera de Madrid.
Dos películas en el cine (Ninguna de las dos era de fuera de Europa)
Un concierto en el Auditorio Nacional.
Cuatro programas de radio.
Trece jarras de sangría en las Cuevas del Sésamo. Seis chupitos de tequila en La Lupe.
Cinco visitas a la Biblioteca Nacional.
Tres invitaciones a conciertos donde tocaban más de una banda.
Copas: Más de las que se reconocerían ante una madre.
Besos: Incontables.
Una ópera en directo. Seis más vía Youtube.
Dos viajes en avión.
Ciento treinta y dos reproducciones del Adagio del Concierto de Aranjuez sólo en el iPod.
Un móvil nuevo.
Un marinero.
Ciento ochenta y cuatro fotos en Instagram.
Doscientos ocho seguidores en Twitter.
Veintinueve listas de reproducción propias en Spotify.
Siete meses y dieciocho días.