7 de enero de 2012

En un cruce de Abbey Road.

-Verás- dice con seriedad- no soy quién para decidir eso.
-Sí, sí que lo eres. Lo eres desde el momento en el que te he pedido tu opinión al respecto.
-Eso es un regalo envenenado.
-Es mi regalo, no puedes esperar otra cosa... Sigo esperando una respuesta.
(El interlocutor mira a todos lados, parece que buscando algo o alguien que le saque del entuerto en el que se ha visto envuelto sin quererlo)
-No sé qué decir...
-Empieza por la verdad. Lo que de verdad piensas, quiero decir.
-Joder, en menudo apuro me has metido...
-Ya, lo siento (No. Te jodes)

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