Otros fueron criados por hienas. Esos eran los peores. Carroñeros. Siempre con sus burlas y sus risas estridentes. Ellos no tenían solución. Su mayor aspiración podía ser colaborar algún día en un programa de sobremesa, con los demás carroñeros y seguir riéndose de aquellos que fueron criados por lobos.
Es peligroso jugar con lobos, pero por lo menos les ves venir de frente.
¡Qué manía con querer civilizar siempre a todo bicho viviente!
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