14 de diciembre de 2011

Las cosas que te cuento cuando no me escuchas

Hoy he amanecido con una sonrisa en la cara, una diferente, porque esta no es culpa tuya.

No era tu cara, no eran tus manos, no era tu cuerpo, no eran tus labios, ni tu pelo. No eras tú. De hecho, esa persona y tú no tenéis nada que ver (No te puedes imaginar hasta qué punto es esto cierto...)
Sin embargo, sin ser tú, me hacía sentir como cuando estaba contigo. A todos efectos. Y nuestra dulzura levantaba las miradas de la gente. Les escandalizábamos ¿sabes?. Fíjate, con lo que yo he sido.

(Recuerdo haber dicho "Nos están mirando" mientras miraba sus ojos y después recuerdo haberme encogido de hombros y haber soltado un "Me da realmente igual" mientras sonreía)

No te voy a dar detalles sobre este sueño mío. No se los voy a dar ni a ti, ni a nadie, me voy a quedar con este divagar de mi mente y lo voy a guardar y a esconder como quien tiene un secreto.
Es tan dulce que quiero que sea un tesoro.

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