11 de diciembre de 2011

#9

No sé si tengo algo que decir ya. No sé, siento que esto de estar privada de mis palabras durante un tiempo me ha dejado sumida en un silencio del que ya no sé si quiero salir.

...

Que no, que no son tonterías. Yo lo siento así.
Palabras... hay. Pero creo que se me ha olvidado como usarlas. Como causar ese efecto mágico que te gusta. Vale, quizá eso lo siga sabiendo hacer, pero no sé, quizá no tenga fuerzas para querer hacerlo.
¿Y si ya no gritara nunca más? Sería como desaparecer. Desaparecer del mundo. Esconderme de todo.

...

Que no, no es miedo. Sabes que eso no es algo que me dé miedo. Es de las pocas cosas a las que no temo. Déjame, no sé ni siquiera si quiero hablarte.

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Que no. Ay. No. Suéltame. Déjame.
Ay. No, no me sueltes. Agárrame fuerte. Perdona, perdona. Lo siento. Agárrame. Me caigo. Cae conmigo.
Y vamos a dejar las palabras, no hay sitio para ellas aquí. Esas sábanas las devorarían.

...

Vale, luego nos ponemos con ese tema otra vez. Venga, sujétame un poco más, que de verdad que te necesito.

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