Te extraño en cada comedia romántica, en cada página de los libro que hablan sobre heroínas y hombres que caen rendidos ante ellas (No me malinterpretes, siempre las he admirado, pero no sé hasta que punto sería una osadía incluirme en ese selecto club)
Por las noches, cuando mis rizos se esparcen por la almohada deseo que entres por la puerta y seas tú quien me los acaricie mientras duermo rodeada por tu brazo.
De momento, todo esto se queda en deseos de cosas imposibles y en añoranzas de cosas que nunca conseguí por no atreverme a ser valiente.
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