Es de noche.
25, 6 km nos separan.
Demasiados.
25, 6 mm también serían demasiados.
Los últimos días hacía frío en la calle,
pero ahora, en mi cama,
hay calor para dos.
Te imagino. Nos imagino.
Maldita fantasía.
Y estás lejos y no te toco,
y hasta te duele la imaginación.
Mi cuello huérfano de besos
y tus lóbulos en el orfanato de mordiscos.
Mis manos no tienen tacto extraño que tocar.
Mi lengua aguarda
tras la hilera de dientes que no muerden.
Y tú, lejos, en tu cama, igual.
Nos separan los kilómetros,
la noche, los libros,
la música y el aguardar.
Y casi puedo sentirte cerca
si cierro los ojos.
¡Pero qué malo es imaginar!