Abro la ventana. El humo de tus cigarros empieza a cargar demasiado el ambiente. Fuera huele a rueda quemada. De la noche no queda nada, ni siquiera el recuerdo de los besos entre tus sábanas. ¿Nuestra ropa? Desperdigada. Siento como te mueves por la habitación, a mis espaldas. Permanezco mirando por la ventana, con esa suave brisa de las mañanas.
De repente olor a café y tostadas. Te acercas por detrás y susurras una canción:
"I Want You"
Soy demasiado débil, no puedo evitar caer derrotada.
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